PIDE DOÑA HILDA CHEN APUY RETIRAR TLC DEL PARLAMENTO
ACTA DE LA SESIÓN PLENARIA N.º 086
LUNES 9 DE OCTUBRE DE 2006
INTERVENCION DEL DIPUTADO JOSE MERINO DEL RIO
“Verdadera vergüenza democrática que el presidente Arias trate de vincular a todo el movimiento ciudadano que está en contra del TLC, con supuestas y delirantes conspiraciones desde el exterior”.
DIPUTADO JOSÉ MERINO DEL RÍO:
Quisiera leer una carta, que me han pedido que la lea en este Plenario, y lo voy a hacer con mucha admiración y mucho respeto hacia la doctora Hilda Chen Apuy Espinoza, profesora emérita de la Universidad de Costa Rica, premio Magón de Cultura, una persona, en muchos sentidos, admirable, y que hoy, lunes 9 de octubre, le envía la siguiente carta al señor Presidente de la República, y que paso a leer de inmediato: “Señor doctor Óscar Arias Sánchez, Presidente de la República, Casa Presidencial. Estimado señor Presidente: Ante el hermoso discurso pronunciado por usted el martes 19 de setiembre en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, comparto su preocupación porque -cita doña Hilda al Presidente de la República- ‘denunciemos el aumento del gasto militar, la carrera armamentista y el comercio de armas como ofensas a la condición humana’.” (Se cierra la cita del presidente Arias.)
Continúa doña Hilda Chen Apuy: “Por su investidura como actual Presidente de Costa Rica, galardonado con el Premio Nóbel de la Paz 1987, como ciudadana costarricense, preocupada por esta Patria en que nacimos tanto usted como yo, muy respetuosamente, le solicito lo siguiente: Primero, el retiro de la Asamblea Legislativa del Tratado de libre comercio con los Estados Unidos de Norteamérica, ya que, de aprobarse ese instrumento, permitiría a Costa Rica importar libremente toda clase de armamento de procedencia estadounidense, inclusive de guerra, tal como lo expresé en mi carta al Magisterio Nacional el 18 de agosto del año pasado. Por otra parte, ratificarlo significaría la entrada de inversionistas estadounidenses de toda índole, incluyendo a los representantes de las grandes transnacionales, que fabrican armamento de guerra para el país que va a la cabeza en la industria militar. También podríamos ser objeto del interés de las empresas que buscan sitios para dejar sus depósitos de desechos nucleares y otros tóxicos de la industria actual.”
Continúa la profesora emérita de la Universidad de Costa Rica y premio Magón, doña Hilda Chen Apuy: “Segundo: La derogatoria del Decreto N.º 33240–S, firmado por usted y su Ministra de Salud, publicado en La Gaceta, del 23 de agosto de este año, en los renglones en que se reglamenta la producción de combustible nuclear y armas de todo tipo, entre muchos otros productos. Tal Reglamento es altamente preocupante, puesto que parece preparar el establecimiento en Costa Rica de alguna transnacional dispuesta a esa fabricación. La manipulación de componentes de gran peligrosidad para un país pequeño, como es el nuestro, es verdaderamente angustiante; tal situación me parece la más riesgosa que podría yo imaginar para Costa Rica. Señor Presidente, premio nobel de la paz, no sea usted el que pase a la historia como responsable de que Costa Rica sea arrastrada a perpetuidad al carro militar norteamericano, con lo cual su prestigio internacional y el de Costa Rica, como país que ha renunciado a la guerra, se derrumbaría totalmente. De usted con toda consideración, firma doña Hilda Chen Apuy Espinoza.”
Espero que esta carta de doña Hilda no la lleve a que la integren en la lista demencial de terroristas que fabrica la Casa Blanca, y que incluyó hasta al senador Edward Kennedy, al presidente de Bolivia Evo Morales, me imagino que ya deben estar ahí don Rodrigo Carazo, Albino Vargas, yo todavía no he averiguado si mi nombre aparece en esa lista de presuntos terroristas, en esta parafernalia que se vive bajo ese Gobierno militarista y abyecto de los Estados Unidos.
Y espero que doña Hilda Chen Apuy no se gane la ira del señor presidente de la República, el doctor don Óscar Arias, que ha perdido la mesura.
Don Óscar Arias, mesura, prudencia, serenidad, tranquilidad. No pierda usted los nervios, señor Presidente. Usted ganó hace veinte años el premio Nobel de la Paz, pero no olvide que debajo de ese premio Nobel, hay cien mil muertos centroamericanos, cien mil muertos centroamericanos de una guerra fría que, efectivamente, terminó en un premio nobel, fundamentalmente para Costa Rica, por su tradición de paz.
No voy a ser mezquino para negar los esfuerzos que usted también como persona hizo, pero han pasado veinte años y no se puede seguir pensando, señor presidente Arias, en términos de guerra fría. Es una verdadera vergüenza democrática que usted trate de vincular a todo el movimiento ciudadano que está en contra del TLC, con supuestas y delirantes conspiraciones desde el exterior. Lleve a cabo usted, como Presidente del Poder Ejecutivo, sus relaciones internacionales, sus polémicas o sus acuerdos, pero no quiera crispar la situación nacional con acusaciones temerarias y aventureras, que tratan de vincular al amplio, democrático y patriótico movimiento ciudadano, que con razones y convicciones se opone al Tratado de libre comercio, con supuestas conjuras de carácter internacional.
No, señor Presidente, así no se puede enfrentar un debate nacional controversial, en donde todos esperaríamos que usted levante la rama de olivo y ofrezca caminos de diálogo, y no echando gasolina a la hoguera de las confrontaciones, que podrían ser indeseables para nuestro país y que yo sé que la mayoría de los costarricenses no las queremos.
Prudencia, señor Presidente, espero que usted no arremeta contra doña Hilda Chen Apuy, como arremetió de manera irresponsable contra ciudadanos que tienen derecho a expresar en este país sus ideas.
El artículo del ex presidente de la República, don Rodrigo Carazo, que se publicó en Granma, había sido publicado en este país hace más de seis meses, el artículo de Albino Vargas había sido publicado en el Diario Extra, hace más de dos meses, ¿a quién se quiere linchar?, ¿y a qué jueguito, a qué jueguito con la gente de Llorente se quiere jugar en este país? Están jugando con fuego.
Si lo que se quiere es jugar a la política del miedo, que sepan que aquí estamos tranquilos, y que vamos a defender con ideas y con los derechos que nos garantiza nuestra Constitución lo que creemos, que si alguien quiere introducir la provocación y la violencia, yo estoy seguro que no vendrá por lo menos de la gente que conozco que está en las filas de la lucha contra el TLC, y que quieren que sea una lucha pacífica, y no una lucha que pudiera ensangrentar, aunque solo sea derramando una gotita de sangre, a nuestra sociedad.
No es así, no es así, y yo protesto y protesto desde lo que soy, sin esconderme, y dando la cara. Hemos atravesado muchas luchas y hemos pasado por muchos aros y sabemos a qué está jugando el presidente Arias y este columnista que se ampara en ese búnker de la columna de La Nación, para hacer un ejercicio diario de calumnia, de insultos, de injurias, que hoy dispara contra uno y mañana disparará contra otros y por cualquier motivo, porque él no conoce de fronteras morales, aunque quiera disfrazarse con banderas éticas que desconoce.
Así que ahí esta la carta de doña Hilda Chen Apuy, de una mujer admirable por su inteligencia, por su honestidad y por su valentía.
LUNES 9 DE OCTUBRE DE 2006
INTERVENCION DEL DIPUTADO JOSE MERINO DEL RIO
“Verdadera vergüenza democrática que el presidente Arias trate de vincular a todo el movimiento ciudadano que está en contra del TLC, con supuestas y delirantes conspiraciones desde el exterior”.
DIPUTADO JOSÉ MERINO DEL RÍO:
Quisiera leer una carta, que me han pedido que la lea en este Plenario, y lo voy a hacer con mucha admiración y mucho respeto hacia la doctora Hilda Chen Apuy Espinoza, profesora emérita de la Universidad de Costa Rica, premio Magón de Cultura, una persona, en muchos sentidos, admirable, y que hoy, lunes 9 de octubre, le envía la siguiente carta al señor Presidente de la República, y que paso a leer de inmediato: “Señor doctor Óscar Arias Sánchez, Presidente de la República, Casa Presidencial. Estimado señor Presidente: Ante el hermoso discurso pronunciado por usted el martes 19 de setiembre en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, comparto su preocupación porque -cita doña Hilda al Presidente de la República- ‘denunciemos el aumento del gasto militar, la carrera armamentista y el comercio de armas como ofensas a la condición humana’.” (Se cierra la cita del presidente Arias.)
Continúa doña Hilda Chen Apuy: “Por su investidura como actual Presidente de Costa Rica, galardonado con el Premio Nóbel de la Paz 1987, como ciudadana costarricense, preocupada por esta Patria en que nacimos tanto usted como yo, muy respetuosamente, le solicito lo siguiente: Primero, el retiro de la Asamblea Legislativa del Tratado de libre comercio con los Estados Unidos de Norteamérica, ya que, de aprobarse ese instrumento, permitiría a Costa Rica importar libremente toda clase de armamento de procedencia estadounidense, inclusive de guerra, tal como lo expresé en mi carta al Magisterio Nacional el 18 de agosto del año pasado. Por otra parte, ratificarlo significaría la entrada de inversionistas estadounidenses de toda índole, incluyendo a los representantes de las grandes transnacionales, que fabrican armamento de guerra para el país que va a la cabeza en la industria militar. También podríamos ser objeto del interés de las empresas que buscan sitios para dejar sus depósitos de desechos nucleares y otros tóxicos de la industria actual.”
Continúa la profesora emérita de la Universidad de Costa Rica y premio Magón, doña Hilda Chen Apuy: “Segundo: La derogatoria del Decreto N.º 33240–S, firmado por usted y su Ministra de Salud, publicado en La Gaceta, del 23 de agosto de este año, en los renglones en que se reglamenta la producción de combustible nuclear y armas de todo tipo, entre muchos otros productos. Tal Reglamento es altamente preocupante, puesto que parece preparar el establecimiento en Costa Rica de alguna transnacional dispuesta a esa fabricación. La manipulación de componentes de gran peligrosidad para un país pequeño, como es el nuestro, es verdaderamente angustiante; tal situación me parece la más riesgosa que podría yo imaginar para Costa Rica. Señor Presidente, premio nobel de la paz, no sea usted el que pase a la historia como responsable de que Costa Rica sea arrastrada a perpetuidad al carro militar norteamericano, con lo cual su prestigio internacional y el de Costa Rica, como país que ha renunciado a la guerra, se derrumbaría totalmente. De usted con toda consideración, firma doña Hilda Chen Apuy Espinoza.”
Espero que esta carta de doña Hilda no la lleve a que la integren en la lista demencial de terroristas que fabrica la Casa Blanca, y que incluyó hasta al senador Edward Kennedy, al presidente de Bolivia Evo Morales, me imagino que ya deben estar ahí don Rodrigo Carazo, Albino Vargas, yo todavía no he averiguado si mi nombre aparece en esa lista de presuntos terroristas, en esta parafernalia que se vive bajo ese Gobierno militarista y abyecto de los Estados Unidos.
Y espero que doña Hilda Chen Apuy no se gane la ira del señor presidente de la República, el doctor don Óscar Arias, que ha perdido la mesura.
Don Óscar Arias, mesura, prudencia, serenidad, tranquilidad. No pierda usted los nervios, señor Presidente. Usted ganó hace veinte años el premio Nobel de la Paz, pero no olvide que debajo de ese premio Nobel, hay cien mil muertos centroamericanos, cien mil muertos centroamericanos de una guerra fría que, efectivamente, terminó en un premio nobel, fundamentalmente para Costa Rica, por su tradición de paz.
No voy a ser mezquino para negar los esfuerzos que usted también como persona hizo, pero han pasado veinte años y no se puede seguir pensando, señor presidente Arias, en términos de guerra fría. Es una verdadera vergüenza democrática que usted trate de vincular a todo el movimiento ciudadano que está en contra del TLC, con supuestas y delirantes conspiraciones desde el exterior. Lleve a cabo usted, como Presidente del Poder Ejecutivo, sus relaciones internacionales, sus polémicas o sus acuerdos, pero no quiera crispar la situación nacional con acusaciones temerarias y aventureras, que tratan de vincular al amplio, democrático y patriótico movimiento ciudadano, que con razones y convicciones se opone al Tratado de libre comercio, con supuestas conjuras de carácter internacional.
No, señor Presidente, así no se puede enfrentar un debate nacional controversial, en donde todos esperaríamos que usted levante la rama de olivo y ofrezca caminos de diálogo, y no echando gasolina a la hoguera de las confrontaciones, que podrían ser indeseables para nuestro país y que yo sé que la mayoría de los costarricenses no las queremos.
Prudencia, señor Presidente, espero que usted no arremeta contra doña Hilda Chen Apuy, como arremetió de manera irresponsable contra ciudadanos que tienen derecho a expresar en este país sus ideas.
El artículo del ex presidente de la República, don Rodrigo Carazo, que se publicó en Granma, había sido publicado en este país hace más de seis meses, el artículo de Albino Vargas había sido publicado en el Diario Extra, hace más de dos meses, ¿a quién se quiere linchar?, ¿y a qué jueguito, a qué jueguito con la gente de Llorente se quiere jugar en este país? Están jugando con fuego.
Si lo que se quiere es jugar a la política del miedo, que sepan que aquí estamos tranquilos, y que vamos a defender con ideas y con los derechos que nos garantiza nuestra Constitución lo que creemos, que si alguien quiere introducir la provocación y la violencia, yo estoy seguro que no vendrá por lo menos de la gente que conozco que está en las filas de la lucha contra el TLC, y que quieren que sea una lucha pacífica, y no una lucha que pudiera ensangrentar, aunque solo sea derramando una gotita de sangre, a nuestra sociedad.
No es así, no es así, y yo protesto y protesto desde lo que soy, sin esconderme, y dando la cara. Hemos atravesado muchas luchas y hemos pasado por muchos aros y sabemos a qué está jugando el presidente Arias y este columnista que se ampara en ese búnker de la columna de La Nación, para hacer un ejercicio diario de calumnia, de insultos, de injurias, que hoy dispara contra uno y mañana disparará contra otros y por cualquier motivo, porque él no conoce de fronteras morales, aunque quiera disfrazarse con banderas éticas que desconoce.
Así que ahí esta la carta de doña Hilda Chen Apuy, de una mujer admirable por su inteligencia, por su honestidad y por su valentía.
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