domingo, mayo 06, 2007

PRESIDENTE ARIAS SIN INFORMARSE SE HACE ECO DE MENTIRAS

Política exterior de Costa Rica se fundamenta en rumores

Intervención del diputado José Merino del Río durante la sesión del plenario de la Asamblea Legislativa, el miércoles 2 de mayo de 2007

DIPUTADO JOSÉ MERINO DEL RÍO:

Gracias, señor Presidente.

Hoy quería hacer un comentario introductorio sobre un tema que en las condiciones de Costa Rica y del mundo es trascendental: es el tema de la política exterior. Coincido con el Presidente en una cosa, dice en su informe: "Somos una nación pequeña, desarmada y vulnerable, en un contexto de globalización e incesantes cambios mundiales, todo obliga a apuntalar nuestra política exterior como un instrumento de vital importancia para la proyección y la protección del país".

La política exterior es muy delicada. Que existan ciertos medios de prensa acostumbrados a mentir, a tratar las cosas con una permanente manipulación, es esperable, pero un Presidente de la Republica cuando habla de otros gobiernos y de otros estados, tiene que tener mucho cuidado, porque son políticas de Estado, porque comprometen al país, porque pueden crear un clima no favorable para los propósitos de Costa Rica como nación.

Cuando el Presidente de la República sin informarse (o no hay Canciller, o tiene pereza el señor Presidente de la República, o es un irresponsable al hacerse eco de informaciones absolutamente falsas de la prensa que dicen que los presidentes que participaron en la Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América -el ALBA- han intervenido o están interviniendo en los asuntos internos de Costa Rica), se hace ecos de esas mentiras, presidente Arias, tengo que exigirle que sea más responsable cuando habla sobre política exterior.

Usted, señor Arias, tendría que haberle pedido a su Canciller informes sobre la declaración política de esa Cumbre, la que está firmada por los diez gobiernos de América Latina que estaban ahí presentes; ahí estaban presentes representantes de Venezuela, de Ecuador, de Bolivia, de Cuba, de Haití, de otros países de la mancomunidad del Caribe, Dominica, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Granadinas, Uruguay, y no hay ni una palabra que mencione a Costa Rica.

ALBA fue una reunión en la que se habló de los problemas de esos países y de los progresos que han tenido en los procesos de cooperación en temas de educación, de salud, de energía, de comunicación, de transporte, de vivienda, de alimentación, entre otros, planteando la necesidad de seguir ampliando la cooperación y de fortalecer este tipo de iniciativa, frente a la que se promueve, desde Washington, del Área de Libre Comercio de las Américas, que no la quiere la mayoría de América Latina.

Se habló de Costa Rica en otro encuentro, en el que este Diputado participó. Y el señor Presidente debía estar informado para no meter la pata, creando conflictos diplomáticos gratuitos con otros gobiernos del área.

Hubo un encuentro de los movimientos sociales de América Latina en el marco de esa Cumbre. Yo fui invitado, como diputado, como presidente del Partido Frente Amplio, por movimientos sociales de Venezuela para que participara en esa Cumbre y hablara de qué es lo que está pasando en Costa Rica. Y, obviamente, tenían interés en que les explicara la lucha del pueblo de Costa Rica contra el Tratado de libre comercio.

Y para mí es un honor haber explicado y convencido a los movimientos sociales de la trascendencia histórica, de la lucha del pueblo de Costa Rica contra el Tratado de libre comercio, por ser un ejemplo para el mundo, porque mientras los tratados de libre comercio con Estados Unidos, invariablemente, han sido aprobados, a veces de la noche a la mañana o en procesos de negociación a espaldas de los pueblos. Pidieron referéndum en México, no hubo referéndum y se aprobó el TLC. Pidieron referéndum los sectores sociales en Chile y no hubo referéndum, y se aprobó el TLC; lo pidieron en Guatemala; lo pidieron en Nicaragua; lo pidieron en El Salvador; lo pidieron en Guatemala; lo pidieron también los sectores sociales de Marruecos y de otros sitios donde se han firmado tratados de libre comercio; lo han pedido en Colombia y en Perú.

Y yo fui ahí a decirles que, gracias a la lucha, a la lucidez de este pueblo, a las hondas raíces democráticas de la sociedad costarricense, no nos han podido imponer ese Tratado de libre comercio, y vamos a un referéndum porque es una conquista de esa lucha del movimiento popular.

Y la gente, más bien, estaba maravillada de la fuerza que nuestro pueblo tiene, dónde encuentra la fuerza la sociedad costarricense para haber logrado esa hazaña, no solo haber frenado ese Tratado de libre comercio, sino de ir a una consulta popular, donde es el pueblo, cada ciudadano y ciudadana, con su voto, el que va a tomar, finalmente, la decisión.

Y a instancias de este Diputado, accedieron a promover campañas de solidaridad, solidaridad moral, acompañamiento moral al pueblo de Costa Rica. Esa gente quiere que, efectivamente, el pueblo de Costa Rica gane ese referéndum, igual que nosotros queremos que cualquier otra causa justa que se libre en cualquier otro país salga adelante.

Y yo soy un diputado que toma partido. Yo no me escondo, a pesar de esas nuevas campañas macartistas, de esas reediciones de la Guerra Fría. Yo lO dije públicamente y pedí permiso al Presidente de la Asamblea Legislativa, adónde iba y a qué iba, y con quién simpatizo. ¡Claro que simpatizo con el proceso político en Venezuela! ¡Simpatizo con el Gobierno Bolivariano de Venezuela y simpatizo con el esfuerzo del ALBA!, y me parece que son parte de una América Latina que cambia.

Y un gobierno, aunque no simpatice, debe tener en cuenta, entre otras cosas, que entre Venezuela, Bolivia y Ecuador, tres países, dos ya plenamente en el ALBA y el otro que, a través de la Cancillería, dijo que iba a entrar al ALBA, es la mayor potencia energética de petróleo y de gas de América Latina.

Y un gobierno no se puede guiar por rumores. Todo el discurso de Arias, está diciendo el señor presidente, cuando no coincidimos con él, dice que son prejuicios ideológicos. Pues, muy bien, señor Presidente, ¡quítese usted los prejuicios ideológicos! Un estadista no hace las relaciones exteriores con prejuicios ideológicos, sino con realismo, con una buena dosis también de pragmatismo para entender qué es lo que pasa en América Latina, porque no estamos hablando de uno o dos países, estamos hablando de toda Suramérica que va en esa dirección, porque ahí también hay acuerdos con Brasil y hay acuerdos con Argentina, entre otros.

Se cumplieron los diez minutos, me reservo los veinte, pero quería dejar establecido eso ahí. Nadie está interviniendo, ¡mentira!, en los asuntos internos de Costa Rica. Y no hubo, en esas reuniones, ninguna declaración intervencionista en nuestros asuntos internos.

Yo no quiero la intervención de Estados Unidos, pero si cualquier otro gobierno, aunque sea un gobierno que lo considere amigo, quisiera intervenir en nuestros asuntos internos, también me opondría, porque, en primer lugar, soy un defensor de nuestra soberanía y de nuestra autodeterminación.

Gracias, señor Presidente; gracias, señores diputados y diputadas.



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