domingo, mayo 06, 2007

CONSTRUIR UNA PATRIA NUEVA DICIÉNDOLE NO AL TLC

Intervención del diputado José Merino del Río, del Partido Frente Amplio, en la sesión plenaria del 1 de mayo de 2007

ACTA DE LA SESIÓN PLENARIA N.º 001
MARTES 1º DE MAYO DE 2007
PRIMER PERÍODO DE SESIONES ORDINARIAS
SEGUNDA LEGISLATURA

DIPUTADO JOSÉ MERINO DEL RÍO:

Gracias, señor Presidente.

Señoras y señores diputados, pueblo de Costa Rica, queridos y queridas compatriotas, un año de resistencia frente al Tratado de libre comercio, frente a la Agenda de implementación, tratando siempre de ser leal a los ideales y a la causa que defiendo en nombre del Frente Amplio y de todos los ciudadanos que me dieron su voto, para poder llegar, por segunda vez, a esta Asamblea Legislativa.

Un año de compromiso con la ética, de compromiso con las condiciones de vida y de trabajo de las mayorías de mi patria, un año en defensa de nuestra democracia, de la soberanía nacional, que lo he sintetizado en un informe de labores, de rendición de cuentas, que estoy presentando a la ciudadanía, y que, estimado señor Presidente, solicitaría que fuera incluida, esta rendición de cuentas, en el acta respectiva, de esta sesión solemne del 1º de mayo. Estoy enviando este informe de labores a la Secretaría del Directorio para que pueda ser incluida en el acta.

Es un informe, queridos compatriotas, en el que doy cuenta, lo más detalladamente posible, de cuáles han sido mis tareas, día a día, en este Parlamento, en el control político, en el debate parlamentario, en la tarea de legislar en la presentación de proyectos de ley, en la crítica y en el enriquecimiento de proyectos de ley presentados por otros grupos parlamentarios.

Creo que puedo mirar a los ojos a mis compatriotas, diciéndoles que, en algún momento, incluso, he podido equivocarme, pero que siempre he sido leal a mis pensamientos, a lo que prometí en campaña y a lo que he hecho en esta Asamblea Legislativa.

No tengo absolutamente nada de que avergonzarme, todo lo he hecho de acuerdo a lo que me dicta mi conciencia, a lo que me dictan mis convicciones, a lo que me dicta el compromiso sagrado contraído con los electores.

Un año complejo para nuestra patria, un año, prácticamente, monopolizado, fundamentalmente por el debate que estamos teniendo alrededor del Tratado de libre comercio; el Tratado de libre comercio no es un tratado de libre comercio, es fundamentalmente una visión de patria, una visión de país. El Tratado de libre comercio es un ataque sistemático, a lo que durante las últimas décadas hemos defendido como un Estado Social de Derecho al servicio de las mayorías, al servicio de los excluidos, de los pobres, de los marginados, de la gente que necesita vivir en una Costa Rica donde quepamos todas y todos, en una Costa Rica donde prive el bien común y no los intereses de las élites político–empresariales, que, en los últimos veinte y tantos años de políticas neoliberales, han llevado a este país a una situación en donde tenemos un millón de pobres, donde ha crecido la desigualdad social, donde se ha acelerado salvajemente la corrupción en muchos ámbitos de la vida pública y privada.

Una Costa Rica donde se han desvertebrado nuestros sistemas productivos y sociales, una Costa Rica donde se ha perdido soberanía nacional, donde se ha degradado la vida democrática y se ha degenerado la vida política, por el monopolio que ejercieron, negativamente para el país, el bipartidismo y todos sus adláteres en estos veinte años de monopolio neoliberal.

La resistencia de la mayoría social de este país, al Tratado de libre comercio, es una gesta histórica en la vida de nuestro país, es una gesta que tiene, también, un ejemplo para todos los pueblos de nuestra América Latina, mientras en otros países se aprobó, de la noche a la mañana, el Tratado de libre comercio, sin poder comprender los pueblos o sin tener oportunidades democráticas para comprender y poder oponerse; las consecuencias de este proyecto de anexión, promovido por el presidente Bush y por todas las trasnacionales que han hecho del mundo un mundo cada vez más insolidario, un mundo cada vez más desigual, un mundo cada vez más polarizado en un gran mar de pobreza y desigualdad frente a unos pequeños grupos que se han beneficiado del trabajo de la humanidad, del trabajo de las mayorías, ese modelo hay que pararlo, porque es un problema de sobrevivencia, no solamente para Costa Rica, sino, también, para la humanidad.

Patria, es como decía José Martí, humanidad, y al dar aquí una lucha contra el Tratado de libre comercio en Costa Rica, estamos enviando un mensaje a todos los pueblos del mundo. Ese camino solo puede conducir a la destrucción de las condiciones de vida y de trabajo sobre el planeta, es un modelo que ha conducido a guerras genocidas, es un modelo que ha conducido a convertir modelos políticos en fábricas de producción de pobreza y de exclusión social, es un modelo que ha llenado los bolsillos de unas élites político–empresariales mafiosas, incluso en muchos países gansteriles, frente a las necesidades y los deseos de las mayorías populares de todo el planeta y también de Costa Rica.

Hoy vamos a entrar en un período de trascendencia histórica para Costa Rica. Hoy, Costa Rica, gracias a su desarrollo democrático, va a ir a un referéndum, a una consulta popular donde el Tratado de libre comercio y toda su agenda de privatización de nuestros servicios públicos, de privatización del conocimiento, de privatización de nuestras semillas y de nuestras plantas, de entrega al lucro de nuestra biodiversidad, de desmembración de nuestras garantías laborales y ambientales, de la destrucción del tejido productivo de nuestros campos, de nuestros agricultores, de la entrega de nuestra identidad cultural.

Hoy vamos a decidir si el país quiere ese Tratado de libre comercio que no es libre ni es de comercio, sino que es un proyecto de imposición desde la potencia económica dominante hoy en el sistema mundial de imposición, de un modelo por el que hace ciento cincuenta años combatieron en los campos de batalla nuestros compatriotas.

Hoy es 1º de mayo celebrando el ciento cincuenta aniversario de la rendición de los filibusteros; hoy entró, hace ciento cincuenta años, en el nombre, en el panteón de los próceres de nuestra América, entró don Juanito Mora, entró Pancha Carrasco, entró Juan Santamaría, entraron a la par de los nombres de Bolívar, de Martí, de San Martín, de O’higgins, de todos, de Tupac Amaru, de Tupac Catari, de toda la historia de resistencia de los pueblos de América Latina, que han combatido por vivir en patrias decentes y patrias soberanas.

Hoy, desde esta curul, le lanzo un juramento al pueblo de Costa Rica, tenemos que movilizarnos, encontrando la fuerza en ese crisol de la patria que ha fundido nuestras libertades y nuestra nacionalidad, para derrotar a las fuerzas que quisieron hace ciento cincuenta años anexionarnos al imperio, para derrotar el Tratado de libre comercio en el referéndum que próximamente se celebrará en Costa Rica.

Le diremos no a ese Tratado de libre comercio, y diciéndole no a ese Tratado de libre comercio, le diremos sí a nuestro país, le diremos sí a nuestra identidad, le diremos sí a nuestra identidad, le diremos sí a nuestra cultura, le diremos sí a nuestro mundo campesino, le diremos sí a nuestras clases trabajadoras, le diremos sí a todos los sectores productivos nacionales, le diremos sí a nuestros sectores ambientalistas, a nuestras mujeres que soportan la feminización creciente de la pobreza, le diremos sí a nuestra juventud, que quiere seguir viviendo en una Costa Rica libre y soberana, le diremos sí al conjunto de las fuerzas del trabajo y de la cultura de Costa Rica que, a través de generaciones, atravesando diversas identidades partidarias, atravesando diversas posiciones ideológicas, pero convencidos de que Costa Rica sí merece la pena, y si Costa Rica merece la pena, hay que decirle no al TLC.

Vamos a esta gesta democrática, llenos de convicción, llenos de entusiasmo, llenos de fe en la reservas cívicas y democráticas de este país.

Sentiremos que, con nosotros, estarán votando nuestros héroes, desde la Independencia de 1821, estará votando con nosotros don Juanito, que diría, hoy, no a este TLC, y Juan Santamaría, y Pancha Carrasco, y Pablo Presbere, y Joaquín García Monge, y Manuel Mora Valverde, y Calderón Guardia, y José Figueres Ferrer, y ese ilustre jefe de la Iglesia Católica, monseñor Sanabria, y Carmen Lyra, y Calufa y tantos, y tantos costarricenses que, independientemente de militancias políticas o de adscripciones ideológicas, pusieron siempre, por delante, el concepto de patria, el concepto de dignidad, el concepto de ética.

Yo sé que hay compatriotas que le tienen cierto temor a este referéndum a la vista, de lo que han sido las últimas campañas políticas, presididas por el poder del dinero, por el poder de la prepotencia, por el poder de la soberbia.

Compatriotas, ellos tendrán el poder del dinero, tendrán el poder de la manipulación, incluso el poder de la mentira, del chantaje, de la torcedura de brazos, como indecentemente se ha podido permitir decir el Primer Mandatario de la República, como que en este Parlamento hay gente a la que se pueda torcer el brazo, en lugar de convencerla de las tesis correctas.

Pero nosotros tendremos el poder de la honestidad, el poder de nuestros principios, el poder de la verdad que se deriva de nuestro estudio, de nuestra capacidad de argumentación, el poder de ir a los pueblos de Costa Rica a mirar, frente a frente, a nuestros compatriotas, sin tener, nunca, que agachar la cabeza, porque nunca hemos cometido un acto indebido contra la moral, contra nuestros principios, contra los ideales en los que creemos.

Ese poder se convertirá, en Costa Rica, en un manantial de rebeldía inagotable, en un manantial donde al enterrar el Tratado de libre comercio, también vamos a enterrar ese modelo neoliberal, vamos a enterrar la antipatria, vamos a enterrar las políticas de la exclusión, del empobrecimiento, vamos a enterrar la corrupción, vamos a enterrar la desesperanza.

Nosotros queremos construir esa patria nueva, esa nueva Costa Rica diciéndole un “no” al TLC, participando, con toda nuestra energía, en un proceso democrático que le está dando el ejemplo a América Latina y al mundo, que es el referéndum que, próximamente, se celebrará en Costa Rica.

Gracias, señor Presidente.

Le pido, por favor, que mi informe de labores, que no es demasiado, es sintético, aparezca en el acta correspondiente.

Gracias, señor Presidente.



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