¿QUE PODEMOS HACER?
José Merino del Río
Diputado, Partido Frente Amplio
Queridas compañeras y compañeros del Movimiento Patriótico:
Desde el dolor y la emoción, escribo estas palabras para saludar con gratitud y admiración sin límites a todas las mujeres y hombres de mi patria con quien tengo el honor de compartir esta lucha por construir una Costa Rica decente y justa. Nuestra lucha continúa, es entonces necesario hacer un esfuerzo colectivo de reflexión, para encontrar un terreno común de pensamiento y de acción que se plasme en nuevas iniciativas para las resistencias y las alternativas de nuestro glorioso Movimiento Patriótico. Adelanto brevemente algunas reflexiones personales.
1. Lo más urgente y necesario es mantener y desarrollar nuestra unidad en la diversidad. Impedir que se introduzca el veneno de la división es un deber que tenemos todos y todas, por respeto a nuestra propia dignidad, pero sobre todo por respeto a cientos de miles de compatriotas que no pueden ser defraudados ni traicionados. Ni el sectarismo enfermizo, en busca siempre de enemigos entre nosotros mismos; ni el oportunismo cobarde, en busca permanente del sol que más caliente a sus propios intereses, pueden pretender manchar o apropiarse de esta causa levantada sobre la generosa y lúcida entrega de tanta gente entrañable a lo largo y ancho del país. Todas y todos somos necesarios. La diversidad es riqueza, pero también es fracaso cuando se convierte en atomización, en pérdida de solidaridad, de respeto, de cordialidad. Hay que hacer un esfuerzo conjunto para mantener el debate y la acción política unitaria, a la altura de lo que ya hemos conseguido, para enfrentar los desafíos que tenemos por delante. Afianzarnos en nuestros aciertos y utilizar los errores, que sin duda hemos cometido, para aprender de ellos y no para contribuir al deterioro de lo que se ha construido.
2. Los Comités Patrióticos representan una nueva forma de compromiso social y de hacer política que debemos defender, preservar, desarrollar. Han nacido de la iniciativa y de la creatividad popular. Son los protagonistas de una acción colectiva impresionante de reflexión, lucha, deliberación. En los Comités Patrióticos se ha producido un novedoso y prometedor encuentro de nuestro pueblo, que hunde sus raíces en la acumulación del descontento, del malestar y de la cólera frente a un poder político y económico en creciente descomposición. Ahí está el embrión de la esperanza, de que juntos podemos resistir el mal, derrotar al poder neoliberal corrupto y vendepatria, construir el proyecto de país democrático y solidario. Los partidos políticos y las organizaciones sociales, con sus propias identidades y autonomías, no deben ver en los Comités Patrióticos a competidores amenazantes para la acción política y social; hay que apoyarlos y potenciarlos, respetarlos como una posibilidad real de construir democracia radical desde abajo, anticipación de un nuevo poder constituyente que se apoye en el nuevo reagrupamiento de fuerzas para el cambio que está surgiendo. Hemos visto en muchos comités el nacimiento de nuevas socializaciones de la experiencia vital, del sentido de la amistad y de la solidaridad. Hace falta mucho trabajo en esa dirección: acción política y social, educación, complicidad cultural y artística, reivindicaciones locales, regionales y nacionales, construcción de la alternativa país, con poder social y poder institucional. En esta fase los Comités Patrióticos deben hacer ellos mismos un balance crítico de la lucha, que comprometa al conjunto del Movimiento Patriótico en una acción consciente, disciplinada y unitaria.
3. Por el número de votos depositados en las urnas perdimos el referéndum. Es un dato que seguramente no cambiará tras el conteo manual. Pienso con franqueza que es una batalla estéril para nosotros instalarnos en un debate que no será entendido ni compartido por grandes sectores de nuestro pueblo. El fraude no lo encontraremos dentro de las urnas. El fraude lo hicieron durante todo el proceso, por eso sí estamos moral y políticamente legitimados para denunciar unos resultados que se explican por el terror mediático, el clientelismo del gobierno, el chantaje de las cámaras empresariales, el dinero sucio de las transnacionales y la intervención descarada de la administración Bush. Aceptar que hay en las urnas más votos para el sí que para el no, tiene consecuencias políticas graves, pues significa aceptar que el TLC en esta fase ha sido ratificado, sin embargo no significa que tengamos que respetar un proceso corrupto, en el que se violentó la misma legalidad que el sistema dice defender. Tenemos que documentar todas las irregularidades y violaciones del plan delictivo del memorando gubernamental, y convertirlo en un manual que ponga al desnudo en la conciencia de nuestro pueblo el grado de vileza y podredumbre del poder neoliberal. Tras el estado de conmoción que se vive en nuestra sociedad, debemos estar en capacidad de que todo el mundo comprenda, incluyendo a muchos votantes del sí y a buena parte de ese 40 por ciento que se abstuvo, las estrategias criminales del miedo, de la compra de votos y de conciencias, de las amenazas, de los chantajes, mentiras y humillaciones, de la brutal intervención del gobierno de Bush. La capacidad de indignarse ante la corrupción reinante, será en algún momento un detonante de la movilización popular, ya lo está siendo, pero es necesario alimentar con hechos irrebatibles, con experiencias dolorosas vividas por miles y miles de personas, el espíritu de protesta y la voluntad política de luchar por sacar a los neoliberales del gobierno de las instituciones, y romper su modelo de dominación.
4. Salimos de esta batalla con una enorme fuerza moral, social, cultural y política acumulada. Con el sabor amargo de un victoria que nos fue robada, una derrota que sólo es temporal. De manera inmediata tenemos que posicionarnos con inteligencia y firmeza ante la llamada Agenda de Implementación. Estamos legitimados para combatirla en el parlamento y con la movilización social. El gobierno no recibió ningún cheque en blanco, ni ningún mandato para hacer lo que le dé la gana. Incluso en términos electorales, nosotros tendríamos legítimamente la mitad del parlamento; de las urnas no salió ninguna autorización, ni ninguna mayoría calificada, para que con 38 votos puedan destrozar el ICE, el INS o imponer legislación que entregue nuestras semillas, plantas, etcétera. El diálogo o la negociación política, no puede ser monopolizado o secuestrado ni por el gobierno ni por ningún partido político. Lo menos que demostró el referéndum es que Costa Rica está fracturada, la sociedad dividida y polarizada, el modelo neoliberal herido y colapsado. El Movimiento Patriótico debe intensificar las acciones de resistencia pacífica y cívica, y seguramente deberá abrirse un debate sobre la necesidad de canalizar democráticamente el enorme descontento popular acumulado, abriendo en el país un nuevo período constituyente.
5. Todo está en movimiento. Si nos hemos enfrentado a la política del miedo de los Arias y de los Bush, con tanta dignidad, ética, coraje y lucidez, no debemos tener ningún miedo a expresar de manera franca y respetuosa todos los pensamientos en el seno del Movimiento Patriótico. Para resistir ahora y construir una fuerza significativa para el cambio democrático con perspectiva de gobierno y de poder, tenemos que ser capaces de abordar la búsqueda del camino y de las soluciones de forma colectiva y democrática. Más allá del agravio recuperar la cordura. No alimentar enfrentamientos fratricidas ni inquinas internas, que impidan buscar y construir alternativas desde el debate y el acuerdo. Por todos los sitios vemos surgir nuevos signos de emancipación y de esperanza, cuidemóslos, no cortemos las ramas sobre las que nos estamos levantando. Como ciudadano y como diputado, también como militante del Movimiento Patriótico y del Frente Amplio, me comprometo a actuar con entera lealtad a nuestra causa y a aceptar las decisiones democráticas que juntos adoptemos.
San José, 10 de octubre de 2007
Diputado, Partido Frente Amplio
Queridas compañeras y compañeros del Movimiento Patriótico:
Desde el dolor y la emoción, escribo estas palabras para saludar con gratitud y admiración sin límites a todas las mujeres y hombres de mi patria con quien tengo el honor de compartir esta lucha por construir una Costa Rica decente y justa. Nuestra lucha continúa, es entonces necesario hacer un esfuerzo colectivo de reflexión, para encontrar un terreno común de pensamiento y de acción que se plasme en nuevas iniciativas para las resistencias y las alternativas de nuestro glorioso Movimiento Patriótico. Adelanto brevemente algunas reflexiones personales.
1. Lo más urgente y necesario es mantener y desarrollar nuestra unidad en la diversidad. Impedir que se introduzca el veneno de la división es un deber que tenemos todos y todas, por respeto a nuestra propia dignidad, pero sobre todo por respeto a cientos de miles de compatriotas que no pueden ser defraudados ni traicionados. Ni el sectarismo enfermizo, en busca siempre de enemigos entre nosotros mismos; ni el oportunismo cobarde, en busca permanente del sol que más caliente a sus propios intereses, pueden pretender manchar o apropiarse de esta causa levantada sobre la generosa y lúcida entrega de tanta gente entrañable a lo largo y ancho del país. Todas y todos somos necesarios. La diversidad es riqueza, pero también es fracaso cuando se convierte en atomización, en pérdida de solidaridad, de respeto, de cordialidad. Hay que hacer un esfuerzo conjunto para mantener el debate y la acción política unitaria, a la altura de lo que ya hemos conseguido, para enfrentar los desafíos que tenemos por delante. Afianzarnos en nuestros aciertos y utilizar los errores, que sin duda hemos cometido, para aprender de ellos y no para contribuir al deterioro de lo que se ha construido.
2. Los Comités Patrióticos representan una nueva forma de compromiso social y de hacer política que debemos defender, preservar, desarrollar. Han nacido de la iniciativa y de la creatividad popular. Son los protagonistas de una acción colectiva impresionante de reflexión, lucha, deliberación. En los Comités Patrióticos se ha producido un novedoso y prometedor encuentro de nuestro pueblo, que hunde sus raíces en la acumulación del descontento, del malestar y de la cólera frente a un poder político y económico en creciente descomposición. Ahí está el embrión de la esperanza, de que juntos podemos resistir el mal, derrotar al poder neoliberal corrupto y vendepatria, construir el proyecto de país democrático y solidario. Los partidos políticos y las organizaciones sociales, con sus propias identidades y autonomías, no deben ver en los Comités Patrióticos a competidores amenazantes para la acción política y social; hay que apoyarlos y potenciarlos, respetarlos como una posibilidad real de construir democracia radical desde abajo, anticipación de un nuevo poder constituyente que se apoye en el nuevo reagrupamiento de fuerzas para el cambio que está surgiendo. Hemos visto en muchos comités el nacimiento de nuevas socializaciones de la experiencia vital, del sentido de la amistad y de la solidaridad. Hace falta mucho trabajo en esa dirección: acción política y social, educación, complicidad cultural y artística, reivindicaciones locales, regionales y nacionales, construcción de la alternativa país, con poder social y poder institucional. En esta fase los Comités Patrióticos deben hacer ellos mismos un balance crítico de la lucha, que comprometa al conjunto del Movimiento Patriótico en una acción consciente, disciplinada y unitaria.
3. Por el número de votos depositados en las urnas perdimos el referéndum. Es un dato que seguramente no cambiará tras el conteo manual. Pienso con franqueza que es una batalla estéril para nosotros instalarnos en un debate que no será entendido ni compartido por grandes sectores de nuestro pueblo. El fraude no lo encontraremos dentro de las urnas. El fraude lo hicieron durante todo el proceso, por eso sí estamos moral y políticamente legitimados para denunciar unos resultados que se explican por el terror mediático, el clientelismo del gobierno, el chantaje de las cámaras empresariales, el dinero sucio de las transnacionales y la intervención descarada de la administración Bush. Aceptar que hay en las urnas más votos para el sí que para el no, tiene consecuencias políticas graves, pues significa aceptar que el TLC en esta fase ha sido ratificado, sin embargo no significa que tengamos que respetar un proceso corrupto, en el que se violentó la misma legalidad que el sistema dice defender. Tenemos que documentar todas las irregularidades y violaciones del plan delictivo del memorando gubernamental, y convertirlo en un manual que ponga al desnudo en la conciencia de nuestro pueblo el grado de vileza y podredumbre del poder neoliberal. Tras el estado de conmoción que se vive en nuestra sociedad, debemos estar en capacidad de que todo el mundo comprenda, incluyendo a muchos votantes del sí y a buena parte de ese 40 por ciento que se abstuvo, las estrategias criminales del miedo, de la compra de votos y de conciencias, de las amenazas, de los chantajes, mentiras y humillaciones, de la brutal intervención del gobierno de Bush. La capacidad de indignarse ante la corrupción reinante, será en algún momento un detonante de la movilización popular, ya lo está siendo, pero es necesario alimentar con hechos irrebatibles, con experiencias dolorosas vividas por miles y miles de personas, el espíritu de protesta y la voluntad política de luchar por sacar a los neoliberales del gobierno de las instituciones, y romper su modelo de dominación.
4. Salimos de esta batalla con una enorme fuerza moral, social, cultural y política acumulada. Con el sabor amargo de un victoria que nos fue robada, una derrota que sólo es temporal. De manera inmediata tenemos que posicionarnos con inteligencia y firmeza ante la llamada Agenda de Implementación. Estamos legitimados para combatirla en el parlamento y con la movilización social. El gobierno no recibió ningún cheque en blanco, ni ningún mandato para hacer lo que le dé la gana. Incluso en términos electorales, nosotros tendríamos legítimamente la mitad del parlamento; de las urnas no salió ninguna autorización, ni ninguna mayoría calificada, para que con 38 votos puedan destrozar el ICE, el INS o imponer legislación que entregue nuestras semillas, plantas, etcétera. El diálogo o la negociación política, no puede ser monopolizado o secuestrado ni por el gobierno ni por ningún partido político. Lo menos que demostró el referéndum es que Costa Rica está fracturada, la sociedad dividida y polarizada, el modelo neoliberal herido y colapsado. El Movimiento Patriótico debe intensificar las acciones de resistencia pacífica y cívica, y seguramente deberá abrirse un debate sobre la necesidad de canalizar democráticamente el enorme descontento popular acumulado, abriendo en el país un nuevo período constituyente.
5. Todo está en movimiento. Si nos hemos enfrentado a la política del miedo de los Arias y de los Bush, con tanta dignidad, ética, coraje y lucidez, no debemos tener ningún miedo a expresar de manera franca y respetuosa todos los pensamientos en el seno del Movimiento Patriótico. Para resistir ahora y construir una fuerza significativa para el cambio democrático con perspectiva de gobierno y de poder, tenemos que ser capaces de abordar la búsqueda del camino y de las soluciones de forma colectiva y democrática. Más allá del agravio recuperar la cordura. No alimentar enfrentamientos fratricidas ni inquinas internas, que impidan buscar y construir alternativas desde el debate y el acuerdo. Por todos los sitios vemos surgir nuevos signos de emancipación y de esperanza, cuidemóslos, no cortemos las ramas sobre las que nos estamos levantando. Como ciudadano y como diputado, también como militante del Movimiento Patriótico y del Frente Amplio, me comprometo a actuar con entera lealtad a nuestra causa y a aceptar las decisiones democráticas que juntos adoptemos.
San José, 10 de octubre de 2007
Etiquetas: CAFTA, Costa Rica, No TLC, TLC
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