lunes, junio 25, 2007

TINTORERO Y EL TLC

Rodolfo Ulloa Bonilla*

En Tintorero los presidentes Chávez, Ortega y Morales en ningún momento se refirieron a Costa Rica y no firmaron ninguna declaración sobre el TLC. Los mandatarios y funcionarios de otros gobiernos estuvieron reunidos en otro lugar, Barquisimeto, donde discutieron los proyectos de cooperación en el marco de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA).

En Tintorero, tal y como lo explicó en el plenario legislativo el diputado José Merino, estuvieron reunidas organizaciones sociales, en una sesión paralela a la Cumbre del ALBA, a la que invitaron los movimientos sociales de Venezuela. Según dijo el diputado Merino las organizaciones sociales latinoamericanas se mostraron gratamente sorprendidas ante la convocatoria de un referéndum en Costa Rica para decidir sobre el TLC. En Perú, Colombia, El Salvador, Guatemala y otros países propuestas similares no fructificaron.

El “Llamado a movilizaciones de solidaridad con la lucha costarricense contra el TLC” es un documento suscrito por las organizaciones sociales y no por los presidentes del ALBA, como equivocada y reiteradamente han difundido en Costa Rica algunas personas periodistas, sobre todo en las páginas de La Nación.

El texto del llamado dice lo siguiente: “Nos solidarizamos con las luchas del pueblo costarricense contra el Tratado de Libre Comercio y apoyamos su iniciativa para rechazarlo en el referéndum a realizarse en el mes de septiembre. El ALBA debe profundizar su labor de crear alternativas a los TLC bajo los principios del comercio justo y solidario. Asimismo, reiteramos nuestra exigencia de que ningún gobierno se adhiera al TLC sin una consulta popular democrática que sea precedida por un gran debate nacional.”

Se puede observar que se trata en lo esencial de un compromiso moral de solidaridad, con una exigencia añadida para que la experiencia costarricense del referéndum se repita en otros países. No implica ninguna injerencia en los asuntos internos, como tampoco la declaración solidaria y menos difundida de la AFL-CIO, la principal central sindical de los Estados Unidos.

Como una derivación del equívoco anterior, ahora se afirma que el presidente Ortega de Nicaragua promueve la no ratificación del TLC en Costa Rica (lo cual no es cierto insistimos, porque él no es firmante de la Declaración de Tintorero), mientras envía emisarios para que las empresas se vayan a ese país, donde ya el TLC está rigiendo (acción que no podemos compartir en la medida en que fomenta el “sálvese quien pueda”, siendo una señal de ese “capitalismo salvaje”, muy propio de las políticas neoliberales incluidas en los TLC, que seguramente se incrementará, al igual que ocurrió en el pasado durante los ajustes estructurales en relación con las exportaciones no tradicionales).

Una lectura del programa electoral del Frente Sandinista nos muestra que en relación con el TLC, el único compromiso que adquirió este partido frente a la ciudadanía nicaragüense, es la renegociación de lo pactado en el campo agroprecuario. Desde la óptica nuestra puede resultar insuficiente, aunque deseable que se cumpla lo antes posible este ofrecimiento. Hay mucho de pragmatismo en el consenso político actual de Nicaragua, que se resume en el habla popular de la siguiente forma: “El TLC para los ricos y el ALBA para los pobres”.

En Costa Rica la situación es diferente, es mucho más lo que tenemos que perder. Instituciones históricas que el TLC pone en peligro como la CCSS, el ICE, AyA, RECOPE, el INS o la banca estatal, no han existido en el resto de países centroamericanos o fueron barridas por las privatizaciones. El TLC propicia la explotacion y la exportación de recursos naturales como el agua, los bosques, el espectro radioeléctrico, los minerales y la biodiversidad, hasta ahora mejor protegidos que en otros países. En Costa Rica es mejor decir NO al TLC en el referéndum y avanzar una necesaria relación comercial con el mundo con fundamento en la justicia, que no ponga en entredicho nuestra soberanía, ni entregue nuestras riquezas naturales y las instituciones sociales. Si esto lo comprenden y apoyan moralmente nuestra causa los pueblos y movimientos sociales de América Latina y los Estados Unidos: bienvenida la solidaridad.


* Sociólogo, asesor legislativo del Partido Frente Amplio.


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